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La agricultura es el sector clave para solucionar la crisis ambiental, afirmó el científico Rattan Lal, Embajador de Buena Voluntad del IICA, en el G20

 

Principal
Francisco Mello, Gerente de Gestión del Conocimiento y Cooperación Horizontal del IICA; Rattan Lal, Premio Mundial de Alimentación 2020 y director del Centro de Manejo y Secuestro de Carbono Rattan Lal (C-MASC), de la Universidad Estatal de Ohio; Muhammad Ibrahim, Director de Cooperación Técnica del IICA y Gabriel Delgado, Representante del IICA en Brasil.

 

Brasilia, 20 de mayo de 2024 (IICA) – La agricultura debe contribuir a mitigar el cambio climático y a crear soluciones para el resto de los desafíos ambientales que enfrenta el planeta, al mismo tiempo que garantiza la seguridad alimentaria y nutricional del planeta y aporta al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), afirmó el científico Rattan Lal, máxima autoridad mundial en ciencias de suelo y Embajador de Buena Voluntad del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) en una reunión del G20.

El G20 o Grupo de los Veinte, que reúne a los países con las mayores economías del mundo, es el principal foro de cooperación mundial para temas económicos, sociales y políticos. Su presidencia es ejercida este año por Brasil, uno de los países del continente que lo integra, junto a Argentina, Canadá, Estados Unidos y México.

Por su reconocido liderazgo en la transformación de la agricultura hacia una mayor productividad y sostenibilidad en el Hemisferio Occidental, el IICA fue invitado a participar en el encuentro de líderes científicos agrícolas (MACS), en Brasilia.

Este grupo de trabajo del G20 reúne a ministros y altos funcionarios de agricultura de los países junto a organismos de cooperación técnica e investigación, con la finalidad de recopilar información sobre los recursos, capacidades e infraestructura del sector y debatir sobre su futuro.


 

El IICA también fue invitado por la presidencia brasileña a participar en las reuniones de la Iniciativa Global sobre Economía del G20, que comenzaron este mes, cuya misión será acordar Principios de Alto Nivel sobre Bioeconomía que serán incluidos en la Declaración de Río, a ser adoptada por los Jefes de Estado y de Gobierno a fin de año.

Junto al profesor Rattan Lal, quien lidera junto al IICA la iniciativa Suelos Vivos en las Américas, el Instituto estuvo representado en la reunión del MACS, en Brasilia, por el Director de Cooperación Técnica, Muhammad Ibrahim.

Con el apoyo del Ministro de Agricultura y Ganadería de Brasil, el encuentro fue organizado por la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (EMBRAPA), institución pública que desde hace más de 50 año desarrolla tecnologías, conocimiento e información para el sector en el país sudamericano y que ha sido decisiva en el crecimiento de su productividad.

La presidenta de EMBRAPA, Silvia Massruhá, fue una de las oradoras en la reunión de líderes científicos agrícolas y señaló que la ciencia, tecnología e innovación son imprescindibles para garantizar el desarrollo de prácticas agrícolas sostenibles.

Massruhá se refirió al trabajo de EMBRAPA para impulsar el aumento de la productividad en Brasil en las últimas décadas, pero advirtió que "nada de esto hubiera sido posible sin el apoyo de cerca de cinco millones de productores rurales en todo el país".

En el encuentro también participó Deissy Martínez Barón, investigadora de agricultura y cambio climático del consorcio de centros de investigación en seguridad alimentaria CGIAR y la Alianza Biodiversity-CIAT, quien hizo un repaso de los más recientes avances científicos globales para sostener la seguridad alimentaria y la adaptación al calentamiento global.

Los científicos y funcionarios presentes en el encuentro también realizaron una visita de campo a Embrapa Cerrados, la unidad creada para visibilizar cómo se hace frente cotidianamente al desafío de hacer agricultura sostenible en el bioma Cerrado, epicentro del crecimiento agrícola brasileño.


 

Producir más con menos

En su exposición, Lal señaló que la actividad agropecuaria debe satisfacer las demandas de una población mundial creciente, que se estima que llegará a 10.000 millones de personas en 2050, sin hacer uso de más recursos –tierra y agua, fundamentalmente- de los que usa hoy.

“Debemos ir hacia una eco-intensificación, que consista en producir más con menor uso de la tierra y que asegure más alimentos por unidad de agua, por unidad de fertilizantes y pesticidas y de energía utilizados y también genere menores emisiones de gases de efecto invernadero”, precisó.

Lal dio una detallada explicación de cuáles son las prácticas que deben promoverse para cuidar la salud del suelo, que favorezcan no solo una mayor productividad sino también una mayor eficacia en el secuestro de carbono, y que de esa manera conviertan a la agricultura en una herramienta para la mitigación del cambio climático.

El científico, Premio Mundial de la Alimentación 2020, también anunció ante el G20 el lanzamiento de la iniciativa Suelos Vivos en África, gracias a un acuerdo entre la Alianza para una Revolución Verde en África (AGRA) y el IICA. El programa se propone restaurar tierras degradadas y mejorar la resiliencia climática en los sistemas agroalimentarios africanos, como ha hecho el programa Suelos Vivos en las Américas, que Rattan Lal y el IICA llevan adelante desde 2020.

“Las hambrunas, como las guerras, son tragedias creadas por el hombre. Debemos hacer que sean consideradas políticamente intolerables, moralmente tóxicas, éticamente impensables y humanamente inaceptables. Para ello, restaurar globalmente la salud de los suelos debe ser parte de la solución”, afirmó.

El Director de Cooperación Técnica del IICA, Muhammad Ibrahim, expresó la solidaridad del organismo hemisférico de desarrollo agrícola con las víctimas de las devastadoras inundaciones en el estado brasileño de Rio Grande do Sul, que evidencian el impacto destructivo del cambio climático.


Ibrahim explicó que el IICA ofrece a sus 34 Estados Miembros cooperación técnica para estimular la innovación y la adopción de tecnologías que favorezcan la resiliencia climática y trabaja en áreas como adaptación, biotecnologías, bioeconomía, biocombustibles, digitalización, secuestro de carbono en los suelos, uso y manejo de agua, fortalecimiento de capacidades para enfrentar plagas y enfermedades y comercio.

 “La transformación de los sistemas agroalimentarios –apuntó Ibrahim- necesita un enfoque sistémico. El IICA trabaja para apoyar a los países a desarrollar una nueva generación de políticas que haga énfasis en la agricultura familiar y en la necesidad de presentar información basada en ciencia para que la agricultura sea parte de la solución al cambio climático y se nutra de prácticas que la hagan resiliente”.

 

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