La bioeconomía es un proceso en construcción en América Latina, que mezcla logros y una importante agenda pendiente, revelan en Congreso de AAPRESID en Buenos Aires con participación del IICA
Buenos Aires, 12 de agosto de 2024 (IICA) –La bioeconomía es un proceso que está en construcción en América Latina y el Caribe, en el que ya se han dado algunos pasos adelante pero en el que todavía falta mucho camino por recorrer, fue el consenso alcanzado en un panel de expertos durante el Congreso de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (AAPRESID), que se desarrolló en Buenos Aires.
La actividad fue organizada por AAPRESID -red de agricultores que lleva más de tres décadas conectando innovación, tecnología y conocimiento- en conjunto con el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA)-. Fue uno de los capítulos de la sección especial del congreso dedicada a las perspectivas futuras y las oportunidades para el productor que ofrecen los sistemas agroalimentarios de las Américas.
El IICA tiene una alianza estratégica con AAPRESID, que para este congreso convocó a los más importantes referentes nacionales e internacionales para discutir y poner en agenda los temas del futuro, que vinculan ciencia y producción con el foco en la transformación de la agricultura, los escenarios de la innovación y la mitigación y la adaptación al cambio climático.
Visiones regionales
El panel “Sustentabilidad y valor agregado: apuesta estratégica para el agro de las Américas”, puso en escena las visiones regionales sobre qué representa la bioeconomía para la agricultura y los sistemas agroalimentarios de la región, en qué se ha avanzado y cuál es la agenda pendiente.
Hugo Chavarría, gerente del programa de Innovación y Bioeconomía del IICA, hizo un panorama sobre la realidad actual y las perspectivas de la bioeconomía en las Américas, luego hubo un espacio para visibilizar lo realizado en Argentina, Brasil y Estados Unidos. Participaron Nicolas Bronzovich, de la Secretaria de Agricultura Ganadería y Pesca de Argentina; Doug Berven, vicepresidente de Asuntos Corporativos de Poet, empresa con sede en Dakota del Sur que es la mayor productora de biocombustibles del mundo y líder global en bioproductos sostenibles; y Talita Priscila Pinto, directora de Bioeconomía de la Fundación Getulio Vargas de Brasil.
El moderador fue Marcelo Regúnaga, coordinador del Grupo de Países Productores del Sur (GPS) y ex Secretario de Agricultura de Argentina, quien enfatizó que el agropecuario es el único sector productivo que tiene capacidad de capturar carbono y así contribuye a la mitigación del cambio climático.
“Somos una solución a la crisis ambiental y eso se tiene que valorizar. Hoy debemos fortalecer el agregado de valor a nuestra producción tradicional, ayudando a la transición energética y a construir la sostenibilidad económica, social y ambiental que necesitan nuestras sociedades”, señaló.
“A la agricultura ya no se le pide solo que sea más productiva, como siempre se le ha pedido, sino también que cumpla con otros objetivos, ambientales y sociales”, advirtió Chavarría.
El especialista del IICA dijo que América Latina y el Caribe tiene ventajas comparativas poco aprovechadas para desarrollar la bioeconomía. “El 50% de la biodiversidad conocida en el mundo está en nuestra región, que tiene solo el 15% del territorio. Somos los mayores productores y exportadores de biomasa de todo el mundo. Somos protagonistas en los mercados internacionales de cereales, oleaginosas y carne, pero el problema es que gran parte es producción primaria con escasa agregación de valor”, reconoció.
Chavarría también hizo referencia a las pérdidas de los sistemas productivos regionales: “Un alto porcentaje de lo que hoy producimos es considerado residuo o desecho bajo el modelo actual”.
El especialista del IICA reconoció que la bioeconomía en la región es un rompecabezas en proceso: “Ya tenemos piezas fundamentales, pero otras están en construcción. Tenemos al menos cinco o seis países con estrategias nacionales y más de 18 que tienen marcos normativos y reglamentarios para los principales senderos de la bioeconomía, y ya contamos con desarrollos productivos en terreno, por ejemplo en biocombustibles –con el 31% de la producción mundial de etanol y el 19% de la de biodiesel- y bioinsumos”.
En cuanto a la agenda pendiente, reconoció que falta inversión y financiamiento, normativas específicas, formación de capacidades y promoción de mercados para productos biológicos.
Chavarría también se refirió a los matices en la región: “Tenemos diferentes bioeconomías en los países, de acuerdo a las características y los recursos de cada uno, pero los retos y oportunidades son compartidos a pesar de las diferencias. Por eso el IICA trabaja en acciones colectivas, ya que los retos son grandes y es imprescindible trabajar en alianzas y con sinergias”.
Más información:
Gerencia de Comunicación Institucional
comunicacion.institucional@iica.int