Mayor conectividad rural, más oportunidades para la producción y el bienestar en las zonas rurales de Argentina
Buenos Aires, 10 de diciembre de 2020 (IICA) - Cerrar la brecha de conectividad que perjudica a las poblaciones rurales con respecto a las urbanas resulta indispensable para permitir el desarrollo del conjunto de la vida productiva, social y comunitaria en el campo.
No se trata solamente de universalizar la conectividad y asegurar una mayor difusión de las tecnologías digitales, sino también de promover actividades de capacitación para potenciar su uso, que es fundamental para el futuro de la producción agrícola y su acceso a los mercados.
Ese fue el consenso de funcionarios y expertos que participaron en el seminario “Conectividad Rural en Argentina: el desafío de inclusión”, organizado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) junto al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Microsoft.
La importancia de las tecnologías de la información y la comunicación para desarrollar el inmenso potencial social, económico y productivo de las zonas rurales fue dejada en claro por las autoridades que presentaron el seminario.
El ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Argentina, Luis Basterra, consideró que llevar la conectividad al campo es un acto de justicia social y de equidad, ya que hoy resulta indispensable “no sólo para asegurar la competitividad de los productores, sino también para favorecer la realización de las personas que viven en el medio rural”.
Por su lado, el Director General del IICA, Manuel Otero, advirtió que “debemos trabajar para reducir la brecha digital que separa a zonas rurales de urbanas si queremos construir un puente entre la agricultura tradicional y la que se viene, entre el campo y las ciudades y a favor de los jóvenes y las mujeres”.
La jefa de la División de Género y Diversidad del BID, Caridad Araujo, advirtió que la cuestión de la conectividad “está en el corazón de la agenda de la región cuando pensamos en el combate a la desigualdad”, mientras que Luciano Braverman, Director de Educación para Latinoamérica de Microsoft, sostuvo que “una población conectada tiene muchísimas más oportunidades para trabajar, para generar ingresos, para acceder a conocimientos e información, así como a atención de salud y otros servicios”.
La actividad sirvió para presentar y debatir a nivel nacional el estudio “Conectividad Rural en América Latina y el Caribe – Un puente al desarrollo sostenible en tiempos de pandemia”, que las tres instituciones hicieron público recientemente a nivel hemisférico.
La investigación, que mostró la enorme brecha de conectividad entre las poblaciones urbanas y rurales de las Américas, fue compartida por el IICA con autoridades y representantes de todos los niveles -federales, provinciales, legislativas, municipales, del sector privado, y de organizaciones de la sociedad civil-, ya que contiene, además de un completo panorama de la situación de la conectividad rural, recomendaciones para la elaboración de políticas públicas inclusivas para la ruralidad en materia de conectividad digital.
Dos de los autores del documento, Sandra Ziegler y Joaquín Arias, expertos del IICA, indicaron que, en el contexto de los 24 países estudiados en América Latina y el Caribe, Argentina está en el clúster de nivel medio de conectividad, junto a Ecuador, México, Paraguay, República Dominicana, Trinidad y Tobago y Uruguay.
Según precisó Arias, el 65% de la población rural de Argentina, o unos 2,3 millones de personas, no accede a conectividad significativa.
El concepto de conectividad significativa tiene que ver con que en la investigación no sólo se midió la existencia de conectividad sino también su calidad. Se tuvieron en cuenta, en ese sentido, cuatro dimensiones: uso regular de internet, acceso al dispositivo apropiado, acceso a datos suficientes y que la velocidad sea adecuada.
A nivel de América Latina y el Caribe, la penetración de la internet en las zonas rurales es de 36,8% en promedio. Quiere decir que un 63% de la población rural no tiene acceso a conectividad significativa. Así, son 77 millones de pobladores rurales los que no cuentan en la región con una conectividad que cumpla con los estándares mínimos de calidad.
La necesidad de un rol estatal activo
En el panel de especialistas se hizo un análisis de los cambios que trajo la pandemia y se puso el acento sobre el rol que deben jugar las políticas públicas para llevar la conectividad a zonas de escasa densidad de población.
Gustavo López, vicepresidente del regulador Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM), hizo un repaso de las políticas públicas llevadas adelante por el gobierno argentino para extender la conectividad en el país y consideró que “la pandemia puso negro sobre blanco lo que veníamos diciendo: que el acceso a estas tecnologías es al siglo XXI lo que el acceso a la energía era al siglo XX”.
Laura Marés, gerente general de Educ.ar, sociedad del Estado que trabaja en la introducción de tecnologías en la educación, explicó que “la conectividad ya no es deseable, sino que es una necesidad básica, como quedó claro este año”.
Marés dijo que hoy es muy difícil definir qué es internet de calidad, ya que cada vez se utilizan contenidos y plataformas más complejas, que corren el límite.
Hugo Scolnik, responsable de Planeamiento Estratégico en la gerencia general de ARSAT, empresa de telecomunicaciones del Estado argentino, llamó la atención sobre la dificultad de mantener una población estable en las zonas rurales si no existe conectividad para que los más jóvenes accedan a la comunicación, al entretenimiento y a la comunicación con sus pares. “La conectividad no sólo aumenta la capacidad productiva, sino que también evita migraciones de las zonas rurales a las ciudades”, dijo Scolnik.
Finalmente, Sandra Rodríguez, coordinadora de Tecnologías de la Información y la Comunicación y Formación Continua de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), contó los logros del programa Luces para Aprender, de esa institución, que busca mejorar la calidad educativa en escuelas rurales de la región, a través de una mejor conectividad, entre otras cuestiones.
Las oportunidades que brinda la conectividad
En el panel de cierre se puso el foco sobre el valor del documento presentado por el IICA, el BID y Microsoft y se enfatizó en las oportunidades que tiene Argentina a través de la conectividad de sus áreas rurales. “Es un aspecto transversal y transformador de la realidad de los territorios”, señaló Juan Manuel Fernández Arocena, de la Dirección General de Programas y Proyectos Sectoriales y Especiales (DIPROSE) del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca.
Para Martín Olmos, subsecretario de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, el acceso universal a la conectividad es una prioridad del Estado argentino. “Sabemos –admitió- que sin una acción decisiva del Estado corremos el riesgo de que el acceso a las tecnologías de la información y la comunicación sea un factor más de desigualdad. No podemos dejar que la conectividad se incorpore solamente en los centros urbanos”.
Finalmente, Caio Rocha, representante en Argentina del IICA, destacó que el sector agrícola argentino es uno de los mejores del mundo, pero afirmó que la comercialización va a depender cada vez más de la conectividad.
“Este país –señaló- tiene un sector rural altamente desarrollado, que es ejemplo y modelo para otros países de la región y del mundo. Una mayor conectividad significa mayor intercambio de conocimientos, mayor acceso a los mercados y mayor bienestar para las personas que habitan en la ruralidad”.
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