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Nuevos marcos político-institucionales y trabajo coordinado de organismos internacionales de cooperación, claves para impulsar la bioeconomía en América Latina y el Caribe

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De izquierda a derecha: Adrián Rodríguez (CEPAL), Andrés Murchison (Agroindustria Argentina), Guy Henry (CIRAD) y Marcelo Poppe (CGEE).

Buenos Aires, 22 de noviembre de 2018 (IICA). Mayores incentivos en los mercados y nuevas condiciones político-institucionales son necesarios para que los recursos biológicos puedan ser mejor aprovechados por la agricultura y generar nuevas oportunidades para los territorios rurales del continente americano, concluyeron especialistas internacionales que participaron del panel “El potencial de la bioeconomía para América Latina y El Caribe”, organizado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).

La riqueza biológica y la disponibilidad de recursos naturales en la región, junto al avance del conocimiento y la aparición de tecnologías disruptivas, abren grandes oportunidades productivas en el marco de la llamada bioeconomía, según las conclusiones de los expertos compiladas por el coordinador del Programa de Bioeconomía y Desarrollo Productivo del IICA, Hugo Chavarría.

El evento formó parte de la Semana de la Agricultura y la Alimentación, organizada en Buenos Aires por la Secretaría de Agroindustria de Argentina y la FAO, de la que el IICA participa como socio.

“A través del aprovechamiento de la bioeconomía, se potenciaría el desarrollo productivo con agregado de valor en lo local, se contribuiría al cumplimiento de las contribuciones ambientales acordadas por los países y se generarían nuevas oportunidades para los actores presentes en los territorios rurales, sobre todo jóvenes y mujeres”, destacó Chavarría.

La bioeconomía es considerada la visión más amplia para impulsar el desarrollo sostenible basado en patrones de producción y consumo alineados con objetivos de conservación de los recursos y de mitigación y adaptación al cambio climático. Esa visión contempla la implementación de estrategias de desarrollo basadas en un uso intensivo y eficiente de los recursos, las tecnologías y los procesos biológicos, a fin de proveer en forma sostenible los bienes y servicios que las sociedades demandan.

En su nueva hoja de ruta institucional, conocida como Plan de Mediano Plazo 2018/2022, el IICA incluyó a la Bioeconomía y el Desarrollo Productivo como uno de sus principales programas de trabajo.

La bioeconomía, además, fomenta la densidad económica en un territorio y las interacciones entre las cadenas allí presentes. Se trata de utilizar de forma más eficiente y en forma sostenible los recursos y los procesos biológicos para agregar valor a través del conocimiento, dejando atrás la visión de la agricultura atada al producto primario.

Pero, el mayor aprovechamiento productivo de los recursos biológicos de la región “requiere de condiciones político-institucionales, así como de incentivos de mercado, que lo viabilicen y posibiliten”, agregó Chavarría, indicando que “son estas condiciones las que permitiría implementar estrategias e inversiones para el aprovechamiento de la biomasa y los nuevos usos de la biodiversidad”.

La cooperación internacional juega además un papel fundamental en la promoción del aprovechamiento de la bioeconomía en la región, coincidieron los expertos.

Chavarría sostuvo que durante el encuentro se resaltó la necesidad de que los organismos trabajen de manera coordinada e integrada para “sensibilizar, generar evidencia sobre el potencial y construir capacidades para el aprovechamiento de la bioeconomía; movilizar experiencias, construir espacios de diálogo y facilitar la Cooperación Sur-Sur, y además apoyar la construcción e intercambio de ciencia, conocimiento y tecnología para un mayor aprovechamiento”. 

En ese sentido, afirmó que “todos estos apoyos deben servir para que los países y territorios construyan sus propias visiones, políticas y estrategias que permitan un aprovechamiento de la bioeconomía a partir de sus potencialidades”.

Las disertaciones estuvieron a cargo de Andrés Murchison, Secretario de Alimentos y Bioeconomía de Argentina; Marcelo Poppe del Centro de Gestión y Estudios Estratégicos (CGEE) de Brasil; Adrián Rodríguez, Oficial de Políticas de CEPAL; y Guy Henry Investigador de CIRAD en Francia.

El panel fue presentado por Eduardo Trigo, Asesor del Programa de Bioeconomía y Desarrollo Productivo del IICA, y moderado por Federico Villarreal, Director de Cooperación Técnica del organismo interamericano especializado.

Además, y en respuesta al mandato de trabajar de manera coordinada e integrada para el aprovechamiento de los recursos fortalecimiento de la bioeconomía, el Programa de Bioeconomía y Desarrollo Productivo del IICA organizó un taller para conocer experiencias, proyectos e iniciativas de cada institución en la materia y trabajar en posibilidades de colaboración y trabajo conjunto.

Del taller participaron representantes del IICA, UNESCO, CIRAD, CATIE, CEPAL, EMBRAPA, CGEE (Centro de Gestión y Estudios Estratégicos de Brasil), Fundación Innovación Agraria de Chile, Instituto Dominicano de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (IDIAF-RD) y CIAO Argentina, quienes identificaron, analizaron y elaboraron propuestas de trabajo que se consolidarán en las próximas semanas.

 

Más información:

Hugo Chavarría, Programa de Bioeconomía y Desarrollo Productivo, IICA

hugo.chavarria @iica.int