Centroamérica y República Dominicana fortalecen capacidades en bioseguridad y biotecnología en beneficio de la seguridad alimentaria
San José, 28 de agosto, 2015 (IICA). Especialistas vinculados con las agencias nacionales de biotecnología y bioseguridad de Estados Unidos, México y Argentina compartieron sus experiencias sobre análisis de riesgo de cultivos genéticamente modificados, en un encuentro con reguladores y representantes de las Comisiones Técnicas Nacionales de Bioseguridad (CTNB) de Centroamérica y de República Dominicana.
En el encuentro, que fue apoyado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) para fortalecer el conocimiento para la discusión sobre este tema, participó el Director General del Instituto, Víctor M. Villalobos.
“El análisis de riesgo es un área de gran relevancia cuando se quiere aplicar la biotecnología y la bioseguridad de forma responsable, por eso es fundamental contar con la oportunidad de informarse con elementos basados en ciencia, las regulaciones no pueden quedarse atrás y el conocimiento tampoco”, aseguró Villalobos.
En el encuentro también se presentaron avances relacionados con cultivos genéticamente modificados tolerantes a la sequía, su fundamento científico y sus aspectos regulatorios. Se expusieron como ejemplo las experiencias de Argentina y Estados Unidos.
“La soja tolerante a la sequía todavía no se comercializa en Argentina, está en proceso de estudio de mercados y de análisis de sanidad, pero sí está comprobado que tiene mayor resistencia a la salinidad, al viento y al calor, elementos vinculados al estrés hídrico”, aseguró Julieta Bertana, del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de ese país.
Por su parte, la Secretaria Ejecutiva de la Comisión Intersectorial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados (CIBIOGEM) de México, Sol Ortíz, expuso algunos aspectos que deben considerarse para analizar el riesgo del maíz genéticamente modificado, dada la importancia que tiene el cultivo para la región.
Centroamérica y República Dominicana se suman a otros países de Norte y Suramérica que se han organizado para atender este tema y tener claridad en la regulación y aplicación de la bioseguridad para la aplicación de la biotecnología.
“Es importante diferenciar el riesgo del peligro, el primero es una probabilidad de daño, el segundo es la inminencia del daño, el riesgo se convierte en peligro cuando hay situación accidental que provoca una emergencia, por eso es fundamental estar preparado para reaccionar de la mejor manera ante un posible suceso”, aseguró el especialista en biotecnología y bioseguridad del IICA, Pedro Rocha.
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