Eliminar obstáculos al comercio agropecuario es “vital” para garantizar seguridad alimentaria global, advierte Directora General de la OMC en Cumbre África-Américas
San José, 28 de julio de 2022 (IICA) - La actual coyuntura de crisis coincidentes que amenaza la seguridad alimentaria a nivel global hace más necesario que se garantice un comercio internacional de alimentos fluido y previsible, señalaron ministros y expertos internacionales en la Cumbre Ministerial África-América sobre Sistemas Agroalimentarios.
En la mesa “Comercio Internacional y Regional de Alimentos” se hizo hincapié en cómo el conflicto bélico en Europa del Este, con las disrupciones que provoca en los mercados, generó aumentos de los precios de los alimentos que afectan a las poblaciones más vulnerables, y también repercutió sobre los valores de la energía y la provisión de fertilizantes.
La guerra, coincidieron, profundizó las distorsiones que se venían arrastrando por la pandemia de Covid-19 y se sumó al impacto de fenómenos climáticos extremos que han resentido la producción en diversas regiones del mundo.
La discusión se abrió con una presentación de Ngozi Okonjo-Iweala, Directora General de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y contó con una exposición de la Embajadora Gloria Abraham, Presidenta del Grupo de Negociaciones sobre Agricultura de la OMC.
Participaron también Ariel Martínez, Subsecretario de Coordinación Política del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de Argentina; Reuben Mtolo Phiri, Ministro de Agricultura de Zambia; Adelardus Kilangi, Embajador de la República Unida de Tanzania en Brasil; Pearnel Charles Jr., Ministro de Agricultura y Pesca de Jamaica ,y John Bosco Kalisa, Director Ejecutivo del Consejo Empresarial de África Oriental (EABC).
Ngozi Okonjo-Iweala caracterizó al comercio de alimentos como “vital”.
“El comercio de alimentos es vital, como reconocieron recientemente los ministros en la conferencia ministerial de Ginebra, es una parte clave de nuestros esfuerzos para mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición, apoya el empleo y los ingresos, puede contribuir a un uso más sostenible y eficiente de los escasos recursos mundiales y puede ayudar a construir los cimientos de una prosperidad fuerte, inclusiva y resistente en el futuro”, dijo la Directora General de la OMC, quien se refirió al impacto que están sufriendo los países que importan granos desde Rusia y Ucrania, como así también de la dificultad para conseguir fertilizantes.
“Ante la actual situación, los países se comprometieron en la OMC a seguir trabajando para que los alimentos se muevan con mayor facilidad y proteger a los países más vulnerables”, sostuvo.
“Los países importadores de alimentos de bajos ingresos se enfrentan a graves riesgos de hambre, en particular los países altamente dependientes de las importaciones de alimentos de Rusia y Ucrania; 35 países africanos importan trigo y 22 importan fertilizantes de la región del Mar Negro. El Foro Económico Mundial informa, por ejemplo, que los hogares nigerianos ricos gastan alrededor del 56% de sus ingresos en alimentos y que el hogar medio de Kenia gasta el 47%, mientras que en Estados Unidos la cifra es inferior al 10%”, agregó.
La titular de la entidad rectora del comercio mundial se refirió también a las restricciones a la exportación.
“Tenemos que evitar lo que ocurrió en la anterior crisis de los precios de los alimentos de 2008 a 2009, y de nuevo unos años más tarde, cuando las restricciones a la exportación empeoraron las alzas de precios; desde entonces se han eliminado muchas, pero 25 países aún tienen aproximadamente 40 medidas en vigor. Se trata de avances positivos, pero el número de prohibiciones y restricciones sigue siendo excesivo y tenemos que trabajar duro para reducirlas”, indicó.
La Cumbre reúne en la sede del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), en San José de Costa Rica, a ministros, viceministros y altos funcionarios de Agricultura, Medio Ambiente y Ciencia y Tecnología de unos 40 países. El objetivo del encuentro es estrechar la cooperación birregional para enfrentar los desafíos a la seguridad alimentaria global y robustecer el papel de ambos continentes en materia productiva.
Gloria Abraham afirmó que son necesarias mejores reglas multilaterales para el comercio. La ex ministra de Agricultura de Costa Rica consideró que la reciente Cumbre Ministerial de la OMC fue un éxito, sobre todo en el ámbito de alimentación y agricultura.
“La forma en que se reanuden las negociaciones próximamente va a ser importante. Tenemos que no olvidarnos del pasado y, en el presente, poner en práctica lo acordado. El tiempo actual, con el Covid-19 y las guerras, nos obligan a cambiar las formas de ayuda”, afirmó.
“Los conflictos han puesto en relieve la necesidad de tener un sistema agropecuario resiliente y robusto. Queda mucho por hacer en cuanto a las restricciones a las importaciones, sobre todo con el impacto de la guerra en Europa, poniendo especial atención de países que son importadores netos de alimentos”, concluyó.
Problemas en común
Ariel Martínez se enfocó en los retos comunes que tienen los países de América Latina y el Caribe y de África. “Todos sufrimos el embate del cambio climático sin ser los principales responsables, tenemos poblaciones pobres y somos proveedores de alimentos”, señaló.
Consideró que los dos continentes tienen complementariedades y afirmó que el IICA puede cumplir un papel muy importante en la elaboración de una agenda común y concreta entre los dos continentes.
El ministro Pearnel Charles Jr., de Jamaica, dijo que su país es dependiente de la importación de alimentos. “Los países -lamentó- siguen imponiendo barreras arancelarias y esto obstaculiza el comercio de alimentos. Estas medidas tienen un efecto negativo en la producción resiliente de alimentos y en la agricultura de nuestros países”.
“El comercio intrarregional africano es solo de un 15%. Hay barreras que nos impiden crecer y llegar a niveles del este de Asia, que tiene un 40%. Quisiéramos lograr ese porcentaje”, dijo por su lado John Bosco, de la EABC.
Bosco también se refirió al uso de medidas fitosanitarias como una excusa para impedir u obstaculizar el comercio, lo que coloca en riesgo la seguridad alimentaria mundial.
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