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Las proteínas de origen animal son esenciales para una alimentación nutritiva y saludable y los más pobres deben tener acceso a su consumo, afirman expertos

Comprender qué clase y qué cantidad de proteínas existen en cada alimento resulta imprescindible para quienes trabajan en mejorar la dieta de la creciente población mundial, afirmaron los especialistas participantes, que pusieron de relieve el aporte irremplazable que realiza la proteína animal a la alimentación nutritiva y saludable.
Comprender qué clase y qué cantidad de proteínas existen en cada alimento resulta imprescindible para quienes trabajan en mejorar la dieta de la creciente población mundial, afirmaron los especialistas participantes, que pusieron de relieve el aporte irremplazable que realiza la proteína animal a la alimentación nutritiva y saludable.

San José, 8 de julio de 2021 (IICA). Las proteínas de alta calidad que provienen de la carne y otros alimentos de origen animal sirven para el cuidado y el restablecimiento de la salud de las personas, por lo cual promover su acceso universal y su inclusión en las dietas resulta fundamental, especialmente en países de ingresos medios y bajos, afirmaron expertos en un seminario científico.

Especialistas en alimentación de distintas regiones del mundo se dieron cita en el seminario científico “Proteínas para todos: la importancia de la calidad de las proteínas para los sistemas alimentarios sostenibles y equitativos”, organizado como parte de los eventos preparatorios para la Cumbre sobre Sistemas Alimentarios, convocada por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.

La organización del seminario estuvo a cargo del Instituto Riddet, centro de prestigio mundial dedicado a la investigación estratégica en ciencias vinculadas con la alimentación, basado en Nueva Zelanda; la Universidad Agrícola de Punjab, India, el mayor centro de estudios vinculado con la producción de alimentos de Asia; la Plataforma Láctea Mundial, núcleo de empresas, instituciones científicas y otros actores comprometidos con la producción sostenible y saludable de leche y sus derivados; y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).

Comprender qué clase y qué cantidad de proteínas existen en cada alimento resulta imprescindible para quienes trabajan en mejorar la dieta de la creciente población mundial, afirmaron los especialistas participantes, que pusieron de relieve el aporte irremplazable que realiza la proteína animal a la alimentación nutritiva y saludable.

Apoyaron la realización del evento la Federación Láctea Internacional, la Comisión Internacional del Huevo, el Secretariado Internacional de la Carne, el Consejo Internacional Aviar y la Mesa Redonda Global para la Carne Vacuna Sostenible.

“No solamente la cantidad de proteína que las personas consumen es de fundamental importancia. También la calidad debe ser considerada a la hora de evaluar las dietas, de manera de asegurar que en los países en desarrollo las personas accedan a lo requerido para su desarrollo”, dijo Paul Moughan, profesor del Instituto Riddet y considerado una autoridad mundial en el metabolismo de las proteínas.

Con respecto a los cuestionamientos que se le hacen a la producción animal, por su emisión de gases que contribuyen al cambio climático, Moughan advirtió que la calidad de las proteínas, que no puede ser reemplazada por vegetales, también debe ser evaluada cuando se mide el impacto ambiental de la producción de carne.

“Sólo una gama diversa de proteínas garantiza una dieta balanceada y saludable”, concluyó.

Kiran Bains, profesora y jefa del departamento de Alimentos y Nutrición en la Universidad Agrícola de Punjab, habló de las deficiencias de aminoácidos en la alimentación de la India, donde viven unos 1.400 millones de personas.
 
“En poblaciones con recursos o ingresos limitados, existe un mayor consumo de cereales y una escasa ingesta de alimentos de origen animal, que así componen dietas con baja calidad de proteínas y tiene un efecto negativo en la salud de las personas. En la India, hasta el 26% de los habitantes de sectores rurales y urbanos enfrentan deficiencias dietarias”, dijo Bains.

“El consumo de cereales pobres en proteínas –advirtió- puede satisfacer el hambre, producir saciedad y hasta proveer suficiente energía a las personas, pero seguramente no brinda la cantidad requerida de un aminoácido como la lisina, así que pueden afectar de manera adversa las funciones metabólicas del cuerpo”.

La jefa de Investigación en el Instituto Riddet, Suzanne Hodgkinson, se refirió a la medición de la calidad de las proteínas y comparó distintos alimentos básicos, de acuerdo a su aporte de aminoácidos.

El Director General del IICA, Manuel Otero, a su turno, expuso distintos datos para sostener la relevancia de los productos de origen animal como proveedores de nutrición saludable en todo el mundo: los productos lácteos son la principal fuente de calcio para las personas; las proteínas de origen vegetal no pueden reemplazar a las de origen animal porque no contienen todos los aminoácidos esenciales de la carne; las innovaciones en genética y reproducción de animales tienen potencial para eliminar las enfermedades y, de esa manera, aumentar la sostenibilidad de la ganadería.

Otero señaló que, en los países desarrollados, el 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero, que contribuyen al cambio climático, provienen de la quema de combustibles fósiles y no de la ganadería. “De todas maneras –reconoció- todos sabemos que los ataques a la producción animal no son exactamente algo nuevo”.

El IICA coordinó el debate y la redacción del documento Principales mensajes en camino hacia la Cumbre de la ONU sobre Sistemas Alimentarios, desde la perspectiva de la agricultura de las Américas, que los países del Hemisferio consensuaron para llevar a la Cumbre sobre Sistemas Alimentarios 2021. El material pone en primer plano a la agricultura y a los agricultores, garantes de la seguridad alimentaria y nutricional planetaria.

La Cumbre fue convocada con la finalidad de sensibilizar a la opinión pública mundial y entablar compromisos y medidas mundiales que transformen los sistemas alimentarios, no solo para erradicar el hambre, sino también para reducir la incidencia de las enfermedades relacionadas con la alimentación y curar al planeta.

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